La Profecía del árbol

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Doblego la estancia y estoy completo, gigante entre otros árboles que hunden sus raíces, impasibles y desafiantes, contra el viento incendiario. Tengo mis raíces hundidas en la vida de la Tierra y el aliento asciende pletórico por mi tronco. No ha pasado nada, fue un incendio más que intentó carbonizar mi follaje y poner en mi cima toda la oscuridad que produce la especie humana. Sigo grande y repleto de carbono. Saldré a poblar la tierra de semillas, daré trabajo a los taladores de sueños, daré brega al fuego que intenta prolongar el descanso de los depredadores. La vida seguirá mi ciclo hasta cuando el humano ponga mi sangre en el cielo. No será mi final, sino el suyo.